1901: El Comienzo de una Vocación

En 1901, Mons. Gregorio Nacianceno Hoyos Yarza funda el Seminario Mayor en Manizales. Ocho años después, un ex soldado herido en la "Guerra de los mil días" responde al llamado de la Vocación y se une al Seminario para servir a la Iglesia como Sacerdote.

NUESTRA SEÑORA DEL CORITO

1935: Homenaje Perpetuo

En 1935, 8 diáconos se reúnen para su ordenación sacerdotal y reemplazan el cuadro original con una preciosa imagen española de la Virgen. Una lápida de mármol grabada en latín conmemora este evento, un gesto eterno de gratitud.

Centenario de Devoción

En 2010, celebramos el centenario del "Corito", reafirmando nuestra fidelidad a la Madre Dolorosa. Los viernes después de la cena, los seminaristas se unen en esta tradición. La devoción se fortalece con cantos, reflexiones, el Rosario y la entusiasta participación.

Lecciones de Esperanza y Sacrificio

La Virgen Dolorosa, con su valentía ante la Cruz, nos enseña a enfrentar el dolor y el sufrimiento con esperanza y coraje. En medio de las dificultades de Colombia y América Latina, su presencia nos inspira a buscar un cielo nuevo y una tierra nueva, guiados por el amor y la esperanza.

Inspiración Diaria

La imagen de Nuestra Señora de los Dolores se convierte en nuestro modelo de vida diaria, recordándonos que lo que se construye a través del sacrificio tiene un valor excepcional. A través de esta devoción, encontramos fuerza en el sufrimiento y descubrimos el amor infinito de Dios, representado por nuestra Madre Dolorosa.

El "Corito": Un Pilar en la Historia del Seminario

El "Corito de Nuestra Señora" sigue siendo un pilar espiritual en el Seminario Mayor de Manizales. Cada encuentro semanal es un recordatorio del amor y la esperanza que encontramos en María, la Madre Dolorosa, y nos impulsa a vivir nuestras vocaciones con valentía y sacrificio.

El Nacimiento del "Corito"

Este ex soldado, lleno de gratitud, reúne a compañeros para orar frente a una imagen de Nuestra Señora de los Dolores, agradeciéndole por su vida y encomendando sus vocaciones al Sacerdocio. Esta devoción se llama espontáneamente "El Corito". Durante 25 años, esta práctica crece y se convierte en un vínculo espiritual fundamental.